martes, 11 de agosto de 2015

ACTIVIDADES PARA DESARROLLAR LA INVESTIGACION EN EL AULA.





Investigar es una actividad gratificante, encantadora y rigurosa, sin embargo para su aprovechamiento y buena marcha, hay que acudir a buenas estrategias. 

Las estrategias conducen el hilo central que implica la investigación, permitiendo que, con adecuados métodos, se diseñen instrumentos acordes al objeto de la indagación. 

Requiere, igualmente, de una buena planeación y, sin duda, implica poseer competencias para enfrentar los escenarios que ella demanda.

Demanda, además, esfuerzo para poder desarrollar y proyectar ideas creativamente y esa creatividad debe descansar sobre un conocimiento previo, para que de esta forma, se genere retroalimentación, es decir, aprender y madurar a partir de los resultados producidos.

De esa manera, con variadas estrategias, poco a poco se empieza a adelantar claros informes, que seguramente, le darán al maestro oportunidades en su mundo investigativo y que con certeza, le permitirá fomentar muy buenos cambios en sus prácticas cotidianas de enseñabilidad. Esos informes son una muy buena herramienta que permitirá comunicar los resultados obtenidos en la indagación.

Otro aspecto importante para ir tras la consecución de la investigación, es el saber utilizar los instrumentos o herramientas que llevan a obtener un muestro representativo, confiable y válido, esto es muy significativo, para que los docentes y estudiantes, vayan en la misma vía y así logren los resultados que se han planteado.

Estos instrumentos se obtienen a través de la organización, una de ellas, por ejemplo es la tabulación de los datos informativos, que se recojan una vez aplicada las encuestas, o mediante observaciones científicas u observaciones comunes, por parte del docente, que se adelantan en los grupos focales; o en las mismas entrevistas en profundidad. 

Recuerden también que otra estrategia, es la planeación, ésta les va a permitir organizar y estructurar los procedimientos a seguir en su investigación, además, que mientras dicha planeación esté basada en la motivación, la autoconfianza y la creatividad, el docente obtendrá un buen diseño, en el proceso investigativo, que con seguridad, le permitirá alcanzar los objetivos de una manera óptica.

Y, para fomentar dicha investigación desde el aula de clases, es necesario establecer compromisos, los cuales estimulen y propicien el desarrollo de experiencias investigativas, al igual que avivar el entusiasmo ante lo desconocido, motivar, transformar la mente de los educandos y, así alcanzar posibles soluciones a las situaciones problemicas trabajadas.

Entonces, poco a poco habrá inquietudes y motivos para querer indagar. Será ésta una labor estratégica en la que deben contemplarse, además de instrumentos necesarios para obtener información, generar supuestos investigativo, preguntas y determinar los pasos a seguir. Todo esto, claro está, mediante criterios de indagación, comparación, selección y organización, que conlleven a concebir un proyecto de investigación y desde allí, generar más expectativas por las temáticas impartidas.

Es válido, entonces decir, que estos ejes estratégicos, son básicos para fomentar la investigación en los niños, desde sus primeros años de escolaridad, hasta su máximos grados de estudio, pues cada día más, se está llamando a la tarea de averiguar, de buscar, de ir tras de la huella, de forjar esa actitud investigativa, que se enriquezca desde el preescolar y que, será un pilar fundamental en la formación del educando y en el fortalecimiento profesional del docente.


En este sentido, comienza a irradiarse una cultura investigativa, en la que se utilizan métodos animosos, en un ambiente de convivencia, disciplina, autoconfianza y liderazgo. Esto con el objeto de construir procesos académicos y creativos que le permitan tanto a uno como a otro, reciprocidad en el camino hacia la investigación.

Habrá ambientes dinámicos, donde lo realmente relevante es el proceso. Se requiere entonces, de buena planeación y organización que contribuyan a viabilizar una organización del trabajo en equipo, que hará evidentes las alternativas de desarrollo de las mismas.

Y, nuestros estudiantes, compilarán la información en sus portafolios, en las bitácoras personales, las cuales, permiten el reconocimiento de lo construido y, de allí en adelante, surgen nuevos debates, en los cuales se afirmará o negará sus posibles tesis para realizar una construcción objetiva que se percibirá en sus escritos y aportes en la construcción del conocimiento.

En sí, con la implementación y fortalecimiento de las estrategias en investigación, estaremos formando jóvenes competitivos, que contarán con conocimientos, con claros replanteamiento y enfoques y, una preparación y formación, seria en investigación. 

Entonces hay que partir de un deseo constante por el saber y tener en cuenta las experiencias vividas que puedan relacionarse y aportar a la investigación.
Como paso trazo inicial, se deben fijar objetivos concretos que despierten la motivación y el entusiasmo, y estos a su vez estimulen la curiosidad. Lo anterior, nos lleva a construir y reconstruir estrategias creativas con responsabilidad.

Como educadores debemos, seguir cultivando esas estrategias e implementar una cultura investigativa desde el aula de clase, a partir de experiencias que permitan comprender e identificar las competencias del estudiante.
Para la materialización de esta cultura de la investigación, pueden aplicarse estrategias como la creación de un club investigativo que fomente los espacios para el conocimiento y, esta cultura, requiere de docentes que jueguen el papel fundamental de motivadores, de orientadores, de ir hacia el camino del descubrimiento; brindándole a los discípulos las herramientas necesarias para despertar curiosidad hacia los diferentes temáticas y a construir ideas con rigor y criterio.Ahora sí, se habrá creado un hábito investigativo, desarrollando un proceso pedagógico que es nutrido y que arrojará explicaciones y reflexiones que conducen a implementar y animar el aprendizaje significativo. Recuerden entonces las siguientes estrategias para fomentar la investigación desde el aula de clase: diseñar instrumentos, planear las actividades, proyectar ideas creativas, vincular instrumentos en los procesos, establecer compromisos, avivar el entusiasmo de los educandos, generar supuestos, utilizar métodos animosos, compilar información en portafolios, elaborar bitácoras personales, reactivar los debates, incluir las experiencias vividas, fijar objetivos concretos, crear club investigativo y, reconstruir y construir estrategias creativas; entre otras.

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